Los perros en el hogar campesino

Escrito por: Andrés F. Ruiz G

 “Amigos campesinos: continuemos hoy hablando sobre el perro y quiero iniciar la clase leyéndoles la oración del perro, compuesta por Guillermo Cifuentes. La oración dice así: Oh, Señor de las criaturas, haz que el hombre, mi amo, sea tan fiel para con los otros hombres, como yo lo soy para él. Haz que ame a su familia y a sus amigos, como yo los amo. Haz que guarde honestamente los bienes que tú le has confiado, como honestamente yo guardo los suyos. […] Conserva en él mi juventud de corazón y mi alegría de pensamiento. Oh señor de todas las criaturas: del mismo modo que yo soy siempre verdadero perro, haz que él sea siempre verdadero hombre”. 

Con estas palabras iniciaba la emisión del programa Economía del Hogar del 28 de octubre de 1970, a través de la señal de Radio Sutatenza. En esta emisora, que funcionó por cerca de 50 años, campesinos colombianos de distintas regiones recibieron educación básica en temas relacionados con las matemáticas, el conocimiento del alfabeto, la prevención de enfermedades, la aplicación de técnicas agropecuarias y el cuidado del hogar.

Que el perro fuera protagonista de una de las emisiones, sugiere la importancia que tenían estos animales en el ideal campesino impulsado por la Acción Cultural Popular (ACPO), fundación que estaba tras bambalinas en el proyecto educativo que le dio vida a Radio Sutatenza. A pesar de no proporcionar carne, huevos o leche como otros animales, el perro era importante para el hogar campesino por cumplir una función de guardián, además de “enseñarnos de fidelidad a la familia y a todos los amigos”.

Por esto, recordaba el programa, había que tener consideración con estos animales: “si no somos capaces de alimentarlos bien, no tener tres y cuatro perros”, “al perro hay que tratarlo bien, es injusto darle puntapiés y leñazos”, “preocupémonos por proporcionar al perro una buena cama” y “no olvidemos, amigos, que el perro es el amigo fiel del hombre, démosle el trato que se merece”.

Conversando con mi abuela, una mujer de 96 años de vida, le pregunté sobre los perros que alguna vez tuvieron cuando vivían en el campo. Me habló de Tony, un perro blanco de rayas negras, que acompañaba a mi abuelo a mover el ganado y que, como buen guardián, cuidaba de todos en la familia. Percibí un aire de nostalgia en sus palabras al referirse al animal, misma sensación que tuve al preguntarle a mi padre por “el perro blanco de rayas negras” que tenían en Guayatá. 

“Sí que nos lo hubiéramos traído a Bogotá”, me respondió mi abuela cuando le pregunté qué había pasado con Tony. Una tragedia separó a la familia de su querido animal, pues por un infortunio el perro se intoxicó con un veneno para ratones que quedó regado en la cocina. “Y allá abajo, al borde de la granja fue a parar Tony, nos dio mucha lástima por el animalito”, recordó mi abuela a más de 60 años de haber ocurrido el incidente. 

Como miles de familias que migraron del campo a la ciudad en la segunda mitad del siglo XX en Colombia, mis abuelos encarnaron la experiencia de iniciar una nueva vida en la incertidumbre de la ciudad. Pero en sus memorias aún vivían los recuerdos de lo que había sido su vida en el campo, donde el perro, como me lo transmitió mi abuela, y ciertamente como quedó retratado en las lecciones de Radio Sutatenza, tenía un lugar especial en la vida de los campesinos. 

Los perros que ya no están, viven cuando los evocamos. Como Tony, miles de perros campesinos aguardan ser rescatados del olvido a través de los recuerdos de nuestros padres y de nuestros abuelos. Solo hace falta sentarnos, preguntarles y conversar. 

¿Te gusta este articulo?

Facebook
WhatsApp

Deja un comentario

Petmeal

Es una dieta de comida natural para mascotas.

Es una marca alternativa de productos naturales, orgánicos y saludables.

Contáctanos

Terminos y condiciones

© 2019 Diseño y concepto hecho con el ♥ por Agencia Digital y Páginas Web , Bogotá, Colombia
Carrito